
Son muchos los que piensan que un fin de semana no es suficiente para visitar una ciudad, pero se equivocan, dos días dan para mucho siempre y cuando se tengan en cuenta algunos factores como: elegir un hotel céntrico, tener claro lo que se quiere visitar, los horarios y el transporte público. Así de simple.
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A continuación os explico cómo lo he organizado todo y al final encontraréis el itinerario que he seguido por si queréis hacerlo, con los precios de los transportes, el hotel y los lugares que he visitado.
AEROPUERTO
Para poder exprimir al máximo esas 48 horas es muy importante tener en cuenta el aeropuerto que se elige, ya que París tiene tres y uno de ellos (Beauveais) se encuentra a unos 80 km de París y el tiempo que se pierde desde este hasta el centro de la ciudad es demasiado.
Yo en concreto elegí el aeropuerto Charles de Guille, el más importante de París.
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ZONA DE ALOJAMIENTO
Teniendo en cuenta todo lo que quería visitar, elegí alojarme en el Barrio Latino, en pleno centro de la ciudad y perfectamente conectado con el transporte público. (Además de ser una de las zonas menos caras para comer).
LUGARES A VISITAR
Yo fui con la intención de visitar la Torre Eiffel, el jardín de Luxemburgo, la Catedral de Notre-Dame, las Catacumbas, el Palacio de los Inválidos y el museo Louvre solo por fuera. Como extra si me daba tiempo tenía apuntados también la Basílica Sacre Coeur y el Moulin Rouge, siempre es bueno tener alternativas y luego sabréis porqué.
Itinerario de dos días en París.
Día 1, salida de Barcelona a las 09:20h y llegada a París sobre las 11h.
Llegada al aeropuerto Charles de Guille y transporte hasta el hotel para dejar la mochila y comenzar la ruta.
Obviamente para llegar al centro de la ciudad existen todo tipo de transportes: taxis, transfers, tren y bus. Una de las opciones más económicas y rápidas es el tren, y esa es la que elegí.
Hay que seguir los carteles RER B, está todo muy bien indicado y no tiene pérdida. Al llegar a la estación hay que sacar el billete en las máquinas automáticas (suele haber cola pero es rápida). El billete cuesta 10,30 € y en menos de media hora llega al centro de la ciudad. Tened en cuenta que si para el destino elegido tenéis que hacer transbordo, el mismo billete os sirve.
En nuestro caso elegimos el hotel Des 3 Colleges, en una calle muy tranquila y a cien metros de la estación de tren de Luxemburgo, que es donde bajamos. Un hotel muy recomendable, el precio por habitación no era excesivo, la habitación perfecta con baño incluido, todo muy limpio y nada de ruido, el único pero se lo pongo al desayuno, que me pareció bastante caro (como todo en París). 8 € el desayuno básico y 12 € el continental. Nosotras solo cogimos la habitación, el desayuno lo dejamos para una cafetería que hay justo en frente del Burger King de la esquina, es muy pequeña pero tienen todo tipo de bollería y está muy bueno.
Como digo, este es el hotel que nosotras elegimos, pero en esa misma calle había otros dos y en la zona obviamente muchos más, la elección depende de cada uno y del presupuesto destinado al alojamiento.
Una vez hecho el check-in y dejadas las maletas, paseamos un poco por el jardín de Luxemburgo, que está a cien metros del hotel y de ahí volvimos a la estación de Luxemburgo para ir a visitar las Catacumbas. Es tan simple como volver a coger el tren (el billete sencillo cuesta 1,90€ y también sirve para hacer transbordo) y bajar en la estación Denfert Rochereau, tarda unos diez minutos y te deja al lado de las Catacumbas.
Aquí nos encontramos con nuestro primer imprevisto, ya que debido a las manifestaciones de ese fin de semana, esa tarde en concreto se encontraban cerradas por motivos de seguridad, por eso siempre digo que está bien tener alternativas, aunque nosotras no las utilizamos, ya que simplemente decidimos ir a visitar lo que teníamos previsto para el domingo por la mañana y dejamos las Catacumbas para el domingo.
Así que volvimos a coger el tren para ir a la Torre Eiffel, en este caso volvimos a la estación en la que habíamos bajado y es tan sencillo como coger la línea verde y bajar en la parada Bir-Hakeim, tarda unos veinte minutos. La entrada cuesta 16 € por el ascensor hasta el segundo piso y 25 € hasta arriba, esto ya depende de cada uno. Si estáis en forma y subís por las escaleras son 10 €, pero solo hasta las 18h de la tarde.
Después de la visita a la torre y un paseo por los jardines, fue un buen momento para parar a hacer un descanso y comer un gofre. Una vez hecho esto volvimos hacia la zona del hotel y fuimos caminando hasta la Catedral de Notre-Dame, diez minutos de paseo. La entrada es gratuita, solo si deseas subir a la torre tienes que pagar 8 €. En mi opinión solo merece la pena subir a las alturas una vez, ya que al fin y al cabo las vistas son las mismas pero desde otra perspectiva, como ya habíamos subido a la Torre Eiffel, esto nos lo saltamos y a cambio estuvimos disfrutando del impresionante pesebre que se exhibe dentro.
Después de la visita a la Catedral seguimos nuestro camino, también a pie, hasta el museo Louvre, que a las horas que eran ya se encontraba cerrado pero entraba dentro de nuestros planes, tan solo queríamos verlo por fuera y hacernos algunas fotos con las impresionantes pirámides de cristal detrás.
Ahí terminaron las visitas del primer día, eran más de las ocho de la tarde y llovía, buen momento para buscar refugio en algún restaurante y cenar. Al mediodía habíamos comido en el Burger y por la noche nos apetecía algo más decente, así que buscamos en el señor Google, y basándonos en la recomendación por cercanía y las opiniones de la gente fuimos a parar al restaurante Le Marmiton de Lutèce, en el Barrio Latino.
Fue todo un acierto, acogedor, calentito y con un menú tan variado como bueno por 19,50 € (bebida no incluida).
Día 2.
Resolvimos nuestro tema pendiente y nos fuimos directas de nuevo a las Catacumbas. Llegamos a las 10:30h y había una cola importante, tanto que tardamos casi tres horas en entrar.
Horario de 10h a 20:30h todos los días menos el lunes que está cerrado.
El truquillo: comprar las entradas por adelantado, no te libra de la cola pero desde luego no haces ni la mitad. Dejaban entrar por pequeños grupos de 15 o 20 personas alternando entre la cola de gente con entrada y la de gente sin entrada. ¿La ventaja de tener entrada? Pasan dos grupos de gente con entrada y un grupo de gente sin entrada, así sucesivamente, así que si tienes tu entrada de antemano te ahorrarás la mitad de tiempo.
En cuanto al precio, la entrada cuesta 13 € pero merece la pena pagarlos y recorrer los largos pasadizos subterráneos. Eso sí, al entrar bajaréis por una larga escalera de caracol que obviamente tendréis que subir para salir, son ni más ni menos que 112 escalones. (Los conté al subir).
La cola inesperada que hicimos en las catacumbas se comió toda nuestra mañana, aun así, nos comimos un kebab y desde nuestra ubicación, cogimos el metro y nos bajamos en la parada La tour maubourg para ir a ver el Palacio de los Inválidos. La entrada nos costó 12 €, y eso incluía la visita a la tumba de Napoleón y la entrada al museo militar.
Tras esa visita dimos por concluido nuestro día. Para volver al aeropuerto es tan fácil como coger el metro y viajar a cualquier estación que tenga conexión con la línea de tren RER B. Está indicado perfectamente. Desde nuestra ubicación fuimos hasta la parada Denfert Rochereau de nuevo y allí ya cogimos un tren directo al aeropuerto. Recordad que el mismo billete vale para las dos cosas, así que directamente coged el que va al aeropuerto.
Un apunte sobre el aeropuerto, el tren tiene dos paradas en este en función de la terminal que te toca, así que fijaos bien en la que os corresponde para no bajar en la parada equivocada.
Como veis, pese a los imprevistos pudimos ver todo lo que teníamos planeado sin tener que ir con prisas en ningún sitio, así que con algo de planificación, cogiendo un vuelo que salga temprano el sábado y vuelva a última hora del domingo, podéis conocer una ciudad perfectamente.
No te lo pienses y busca tu vuelo ahora.
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